Madre Moderna

Kahlil Gibran escribió acerca de los hijos en estos versos, quizás los más famosos de su libro El Profeta:

Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.

No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.

Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.

 

Nuestros hijos son una manifestación del amor que tenemos hacia nosotros mismos y el mundo,  son un reflejo nuestro y podemos ver en ellos nuestras fortalezas y debilidades. A través de sus comportamientos espontáneos, auténticos y sinceros muchas veces tenemos la dulce oportunidad de presenciar la pureza de ser humano. Son hijos de la vida igual que nosotros lo somos y desean libertad de SER, de la misma manera que nosotros lo sentimos.

Mas la vida llena de responsabilidades y el control del tiempo, muchas veces nos obliga a no estar conscientes y presentes cuando estamos con ellos. Muchas veces esa ausencia de mente, se trata de la cabeza llena de las obligaciones y deberes de ser madre. Es por esto que el rol de la madre moderna, se ha convertido en uno de directora de operaciones, actividades, calendario escolar, médico y social. La madre moderna puede vivir sumida en esa dimensión de la maternidad y por falta de tiempo o energía, no participa de la dimensión de maternidad más valorada por nuestros hijos, que es el estar completa y absolutamente presentes en su compañía.

¿Qué significa estar presente con nuestros hijos?

Estar estar presentes es estar con ellos escuchándolos atentamente, participando de algún juego o relato, siendo cómplices de sus perspectivas y exploraciones. También haciéndolos participes de nuestros quehaceres o compartir con ellos cosas que hemos aprendido o descubierto recientemente, quizás aprender algo con ellos. Si te fijas con detenimiento, cada actividad con ellos puede sorprenderte de cuan profundo puedes llegar con tus sentimientos. Atiende esa relación no sólo de una manera convencional como madre, sino como almas que comparten una experiencia de vida juntos y se ayudan a crecer.

La vida puede ser un lindo viaje acompañada de los grandes maestros que son los niños, así que valoremos su presencia en nuestras vidas desde esa perspectiva de compañeros en nuestra evolución.

XO

MUSA